Creemos que la energía del amor vendrá de fuera y llenará nuestro vacío interior, pero la clave del amor verdadero está en nosotros mismos.
Cuando estamos en una relación sentimental, siempre hay algún tipo de necesidad y de deseo de estar con la persona a la que amamos. Es sano, adecuado y normal que en las relaciones de pareja haya cierto grado de intimidad y de exclusividad y que los lazos emocionales sean más fuertes que en otro tipo de relaciones. Es bueno y saludable, también, sentir que somos importantes para nuestra pareja y sentirnos emocionalmente unidos a ella. Del mismo modo, es adaptativo que haya un cierto grado de sumisión, siempre que sea mutuo, pues lo más importante en una relación satisfactoria, sana y feliz es que haya un equilibrio entre los dos miembros de la pareja, que los dos cedan o se sacrifiquen en ciertos momentos, que ambos den y reciban más o menos en la misma medida y, lo primordial, que se valoren, se quieran y se respeten.
De esta manera, es normal y adaptativo tener un cierto grado de dependencia emocional hacia nuestra pareja. Pero cuando la dependencia emocional consiste más en necesitar que en desear estar con el otro, la vida se puede convertir en un auténtico sufrimiento.
Si sientes que la dependencia emocional que tienes hacia tu pareja va más allá de lo que podría considerarse sano o «normal», puedes seguir los consejos que encontrarás a continuación:
1. La clave del amor verdadero está en nosotros mismos. Sólo amándote primero a ti mismo, conseguirás amar y ser amado de una manera sana y positiva. De lo contrario, lo más probable es que te sientas insatisfecho, infeliz y vacío. Para amar sin dependencia ni necesidad hace falta que te valorares primero a ti mismo. Para decir “te quiero”, primero debes saber decir “me quiero”. El amor propio y el autoconocimiento son la clave para generar relaciones saludables a todos los niveles.
2. Amar no es necesitar, es preferir. La dependencia y el amor están tan reñidos que si les obligamos a coexistir, se destruyen. Nadie en la vida tiene la responsabilidad de completar lo que nos falta. Por eso preferir, en vez de necesitar, tiene como consecuencia directa otorgarle más valor a la persona que queremos, pues la valoraremos por quién es y no por lo que nos aporta. Este punto está ligado al anterior, necesitamos amarnos y cuidarnos a nosotros mismos para no caer en la necesidad de que alguien nos quiera en nuestro lugar, tape nuestras heridas y elimine nuestras carencias.
3. No mendigues ni exijas amor. El amor no es control ni exigencia, es libertad y confianza. Si por estar al lado de alguien tienes que sacrificar parte de ti y de tu vida, entonces ese amor te está mermando. El amor se basa en el respeto y en el crecimiento individual de cada uno de los miembros de la pareja. De la misma manera, el querer no se puede exigir, es algo que se tiene o no se tiene, pero su exigencia es contraproducente y produce el efecto contrario; esto es, cuanto más se pide, menos se obtiene. Ligado a esto, no olvides que para que te quieran no tienes que hacer lo que los otros quieran. No estás obligado a satisfacer los deseos de otros. Si lo haces, hazlo por amor, porque quieres o porque te apetece pero nunca por miedo o por exigencia. Quien te ame de verdad deberá respetar tus intereses y tus necesidades así como aceptar tu libertad personal. Si no es así, no te ama, te necesita. De la misma forma, debes amar respetando los intereses y necesidades del otro y aceptando su libertad personal, si no es así tampoco es amor sino necesidad. Recuerda que cuando empieces a aceptarte y a quererte no necesitarás tanto de la aprobación y del afecto de los demás para estar bien contigo mismo y tus relaciones serán más auténticas y satisfactorias. Al verdadero amor no se le conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece.
4. Para amar de forma plena debes establecer tus límites emocionales. Una relación sana no está fundamentada en los juegos de poder ni en condiciones, sino que se basa en propósitos conjuntos, equilibrados y saludables. Así, debes deshacerte de la idea del sacrificio ligado al amor. Hay ciertas cosas que no debes tolerar como son el abuso, el engaño, la manipulación, el maltrato o la violación de tus valores. Todos ellos se fundamentan en la falta de respeto y en la falta de amor, por lo que rechazarlos significa no sobrepasar tus límites emocionales. Además, el amor debe aportarte felicidad, si duele significa que no es amor y que estás confundiendo sentimientos. Si te estás ahogando, es el momento de salir del agua. En el caso de que la relación suponga angustia, lo mejor es dejar ir.
5. Atrévete a mostrar y a expresar tus emociones. La necesidad de mostrar la mejor versión de uno mismo, lo cual es propio en la primera etapa de la relación sentimental, si se perpetúa en el tiempo, hace que la persona pierda autenticidad y viva la relación de manera irreal, tratando de mostrarse como uno cree que será más querido. Cuando una persona oculta aspectos de su personalidad que cree que pueden resultar desagradables para su pareja o para los demás, asume que hay aspectos de sí misma que no son queribles y esto genera, por extensión, que uno se sienta como una persona que no merece ser querida. Esto, a la vez, genera una inseguridad que puede mostrarse en celos, aferramiento, miedo y falta de complicidad y confianza; aspectos que afectan de manera grave a la relación de pareja. Por tanto, no dudes en atreverte a mostrar y a expresar tus emociones. Si al principio te resulta difícil y te da vergüenza o piensas que haces el ridículo, puedes escribir los sentimientos experimentados en aquellas situaciones estresantes. Hacer esto supone un entrenamiento que facilitará en su momento la expresión emocional directa. Este hecho es muy terapéutico y va más allá de mejorar la relación de pareja ya que supone un crecimiento e integración de la personalidad.
6. Mantén tu propio espacio al margen de tu pareja. El equilibrio entre espacio propio y espacio compartido es algo fundamental para la estabilidad de una pareja sana. De lo contrario, vivirás tu vida excesivamente pendiente de sus gustos y de sus necesidades y perderás en autoestima y en identidad personal. En este sentido, es muy apropiado que mantener los propios intereses y las actividades habituales como el trabajo, los estudios, la familia, las relaciones sociales, los hobbies, los amigos, etc.
7. No te cierres a la relación y mantén un buen nivel de relaciones sociales. Las parejas que se cierran a las relaciones sociales suelen agotarse en ellas mismas. Por lo menos un miembro de la pareja experimentará sentimientos de agotamiento, aburrimiento o deterioro de la vida de pareja. Por ello, el tener un círculo de relaciones sociales, mejora la dinámica de relación, permite salir del encasillamiento de roles tan propio de la vida en pareja y facilita el enriquecimiento y revitalización de la misma.
8. Practica el distanciamiento físico. Para afianzar tu autonomía te va a resultar especialmente útil el distanciamiento físico durante algunas horas o, si es posible, algunos días. Cuando hay un cuadro de dependencia emocional, la pérdida temporal del contacto va a facilitar la exposición imaginaria a la pérdida. Experimentarás el vacío de la ausencia de la pareja. Al aceptar esta “pérdida” imaginaria, te fortalecerás y experimentarás sentimientos de mayor autonomía e independencia. Necesitarás un tiempo para ello pero, finalmente, incluso podrás disfrutar de las actividades que realices sin tener la sensación de falta o de ausencia del ser querido.
Ten en cuenta que solo una persona plena, satisfecha y feliz consigo misma y con la vida que lleva, puede construir la felicidad con alguien más a su lado.